Los detalles de la primera infancia de Jones son escasos, envueltos en las brumas de su educación nómada. Sin embargo, se sabe que aprendió las técnicas fundamentales de su futura profesión a una edad temprana en el seno de su comunidad. Al final de su adolescencia, ya había empezado a perfeccionar las habilidades que más tarde le granjearían fortuna y notoriedad. Esta temprana inmersión en el arte del engaño sentó las bases de las magistrales actuaciones que más tarde pondría en escena.
En 1860, Jones se trasladó a Canadá, donde adquirió su apodo y dominó el juego de las tres cartas. Se asoció con Dick Cady, perfeccionando sus habilidades.
Atraído a Estados Unidos, Jones triunfó en los barcos fluviales del Mississippi con George Devol, Holly Chappell y Tom Brown, con los que supuestamente ganó 240.000 dólares. Más tarde, el grupo se disolvió y la asociación de Jones con Devol terminó de forma agria.
A continuación, Jones se dedicó a las líneas de ferrocarril con "Dutch Charlie" en Kansas City, con lo que supuestamente ganó 200.000 dólares. Intentó sin éxito franquiciar sus juegos con la Union Pacific Railroad.
En 1874, Jones se trasladó a Chicago, donde trabajó con Jimmy Porter y el "coronel" Charlie Starr, y supuestamente dirigió cuatro casas de juego de dudosa reputación. Experimentó las típicas pérdidas y ganancias del juego, a veces de hasta 150.000 dólares anuales, y en ocasiones él mismo fue estafado. Más tarde continuó sus actividades en Cleveland con Porter.
A pesar de su profesión, que se basaba en explotar la confianza y la ingenuidad de los demás, los relatos de quienes conocieron a Canada Bill Jones suelen pintar un cuadro sorprendentemente complejo. Varios de sus contemporáneos le describen como un hombre amable y caritativo. Un detective lo describió como "tan amable como una mujer y tan astuto como un zorro", destacando su habilidad para "engañar" a los novatos, al tiempo que poseía un comportamiento suave y desarmante. Incluso su antiguo socio, George Devol, fue testigo de cómo Jones donaba generosamente 50 dólares a una Hermana de la Caridad.
Allan Pinkerton, el famoso fundador de la Agencia Nacional de Detectives Pinkerton, ofreció una vívida descripción del aspecto físico y la personalidad de Jones, destacando el marcado contraste entre su engañosa profesión y su naturaleza aparentemente inocente. Pinkerton lo describió como un "auténtico desgarbado rural", un hombre alto y de complexión torpe con un rostro extraordinario capaz de una amplia gama de expresiones. Su atuendo deliberadamente poco sofisticado contribuía aún más a la imagen de un individuo ingenuo e inofensivo, un disfraz perfecto para sus astutos planes. Pinkerton observó astutamente que "una diferencia notable entre Canada Bill y todos los demás astutos de su calaña radicaba en el hecho de que era lo que parecía ser... [L]os que le conocieron... afirman que era el ser humano menos afectado, más inocente y de corazón más sencillo". Esta naturaleza paradójica -el hábil estafador con un corazón aparentemente genuino e incluso caritativo- añade una capa de intriga a su personaje.
Aunque es difícil determinar cifras exactas, la información disponible sugiere que Canada Bill Jones amasó y perdió importantes sumas de dinero a lo largo de su carrera. Sus asociaciones en los barcos fluviales del Mississippi fueron muy lucrativas, y la participación de uno de sus socios alcanzó los 240.000 dólares. Se dice que ganó 200.000 dólares en Kansas City. Sin embargo, sus hábitos de juego también le acarrearon pérdidas sustanciales: se dice que ganó y perdió hasta 150.000 dólares en un solo año en Chicago. A pesar de sus éxitos, Jones acabó muriendo como un indigente, lo que sugiere que sus ganancias se dilapidaron o se perdieron en manos de otros jugadores expertos.
El legado de Canada Bill Jones va más allá de su reputación como jugador de éxito y estafador. Se ha convertido en una figura fascinante de la cultura popular, que simboliza tanto el atractivo como el engaño inherente al mundo del juego. Su nombre evoca imágenes de barcos fluviales, vagones de ferrocarril y astutos individuos que intentan aprovecharse de la vulnerabilidad de los demás.
Su historia es una advertencia sobre los peligros de la codicia y las apariencias engañosas que pueden ocultar segundas intenciones. Sin embargo, las anécdotas de su bondad y las descripciones de su comportamiento sorprendentemente inocente también añaden una capa de complejidad, evitando que se le relegue simplemente al papel de villano.
Canada Bill Jones (c. 1837 - 1877) fue un artista de la confianza, jugador de barcos fluviales y tahúr nacido en Inglaterra que operó en Canadá y Estados Unidos. Era famoso por su destreza en el juego de las tres cartas y su habilidad para engañar a incautos y sacarles su dinero.
Fue famoso por su excepcional habilidad en el juego de las tres cartas, su dominio del disfraz para aparentar ingenuidad y su exitosa carrera como confidente en barcos fluviales y trenes. Muchos le consideran uno de los mayores estafadores de la historia.
Los relatos sobre su vida personal son contradictorios. Aunque su profesión implicaba el engaño, algunos contemporáneos le describen como una persona amable y caritativa, e incluso cuentan casos en los que daba dinero a los necesitados. Esto sugiere un carácter complejo, más allá de un simple estafador.
Adquirió el apodo de "Canada Bill" tras emigrar a Canadá desde Inglaterra en 1860, donde perfeccionó sus habilidades con las tres cartas.
Canada Bill Jones murió de tisis (tuberculosis) el 22 de octubre de 1877, en un hospital de caridad de Reading, Pensilvania. Tenía aproximadamente 40 años.