Nacido el 1 de noviembre de 1950 en Antypata, Cefalonia (Grecia), Karas creció en la pobreza. El padre de Nickolas era un obrero de la construcción en apuros, y la familia pasaba hambre a menudo. De adolescente, Karas tiraba canicas para ganar dinero para comer.
A los 15 años, tras un violento altercado con su padre (que le arrojó una pala, que por poco no le da en la cabeza), Karas se escapó de casa. Nunca volvió a ver a su padre, ya que Nickolas murió cuatro años después. Karas trabajó como camarero en un barco, ganando 60 dólares al mes, antes de llegar a Portland (Oregón) y, finalmente, establecerse en Los Ángeles.
Karas empezó a jugar en Los Ángeles, trabajando en un restaurante junto a una sala de billar. Rápidamente se convirtió en un experto jugador de billar, con el que ganaba más que en su trabajo. En 1992, después de perder casi todo su dinero, Karas se fue a Las Vegas con sólo 50 dólares. Pidió prestados 10.000 y se embarcó en "The Run", una racha de victorias sin precedentes que cimentaría su legado.
The Run (1992-1995) La legendaria racha de Karas incluyó:
Convertir 10.000 en 30.000 en Razz.
Derrotar a leyendas del póquer como Stu Ungar, Chip Reese, Doyle Brunson y Johnny Moss.
Dominar los dados y el bacará, apostando hasta 300.000 dólares por mano.
Karas llegó a tener más de 40 millones de dólares en su mejor momento, pero los perdió casi todos en tres semanas.
Karas vivía en Las Vegas, pero seguía conectado con su familia en Grecia. Llevó a su madre, Mariana, a Las Vegas durante su racha ganadora. Su vida apareció en documentales y libros, como The Man With the $100,000 Breasts, de Michael Konik.
En su mejor momento, Karas ganó y perdió más de 40 millones de dólares. Su patrimonio neto fluctuó salvajemente y murió sin la inmensa fortuna que poseía.
En una ocasión, Karas se quedó con todas las fichas de 5.000 dólares de Binion, obligando al casino a pedir más.
Llevaba una pistola para protegerse mientras transportaba millones en efectivo.
Doyle Brunson le llamaba el único jugador que podía ganarle sistemáticamente en Razz.
Karas sigue siendo una leyenda del juego, un símbolo del riesgo, la recompensa y la volatilidad de las apuestas de alto riesgo. Su historia es una advertencia sobre la fugacidad de la fortuna.
Karas amasó su fortuna con grandes apuestas de póquer, billar, dados y bacará, sobre todo durante su racha ganadora de 1992 a 1995.
Amasó más de 40 millones de dólares antes de perderlos casi todos.
Le pillaron marcando tarjetas en 2013, lo que le valió una condena por fraude y una prohibición de por vida en Nevada.
Tuvo rachas ganadoras menores, pero nunca recuperó su fortuna de 40 millones de dólares.
Su victoria sobre Chip Reese por 2 millones de dólares en póquer fue una de sus victorias más famosas.