El efecto Dunning-Kruger en el juego es un sesgo cognitivo por el que los jugadores novatos sobrevaloran sus habilidades y subestiman el papel del azar. Es como pensar que eres un profesional del póquer después de ganar unas cuantas manos, sin darte cuenta de lo mucho que te queda por aprender. Este exceso de confianza puede llevar a una mala toma de decisiones y a un comportamiento arriesgado en las mesas o en las máquinas.