Tendemos a ser libres e independientes, pero a veces nos encontramos limitados por adicciones que nos impiden alcanzar nuestros objetivos. Los humanos somos humanos, y si se considera esta cuestión desde un punto de vista filosófico, dependemos de muchas cosas: aire, agua, alimentos, sociedad, etc. Sin embargo, esta lista incluye principalmente las dependencias necesarias para el mantenimiento de las funciones vitales. Son inherentes desde el nacimiento. Por tanto, no se consideran adicciones.

Pero hay otro tipo de dependencias, las adicciones nocivas, que no nos ayudan a vivir ni a realizar nuestro potencial. Todos las conocemos: la bebida, el tabaco, la drogadicción y los problemas con el juego.

Este artículo trata de las características fisiológicas del desarrollo de la ludomanía. El conocimiento de estas cosas le permitirá controlarlas mejor: ¡prevenido vale por dos! Analicemos los principios básicos probados para librarse de la adicción al juego.

Experimentos sobre la adicción al juego

En primer lugar, queremos familiarizar a nuestros lectores con un experimento crucial.

Los investigadores canadienses James Olds y Peter Milner llevaron a cabo un fascinante experimento en 1954. Implantaron electrodos en el cerebro de ratas y realizaron estimulación eléctrica de diferentes fragmentos del cerebro. Una vez se dieron cuenta de que las ratas parecían disfrutar con ello. Fue una sorpresa para los investigadores. Así que decidieron continuar con este experimento.

Dejaron que las ratas presionaran la palanca, que les proporcionaba una corriente eléctrica. Las ratas presionaron la palanca sin cesar unos cientos de veces por hora.

Los investigadores complicaron la tarea: las ratas tenían que pulsar dos palancas individualmente. Las ratas superaron rápidamente esta tarea. Se tendió un cable eléctrico entre los niveles. Llevaba corriente eléctrica. Las ratas corrieron de una palanca a otra hasta que sus patas se llenaron de carbón y cayeron exhaustas.

Más tarde, se llevó a cabo un experimento similar con la participación de seres humanos. Se implantaron electrodos en el cerebro de voluntarios. Éstos tuvieron la oportunidad de pulsar el botón libremente. Es interesante observar que estas personas, al igual que las ratas, no podían dejar de pulsar el botón. Lo pulsaban constantemente y no querían dejar de hacerlo.

Cuando se les preguntó por qué lo hacían, dijeron que eran felices. Sin embargo, no eran más felices mientras lo pulsaban. Esto sólo reforzaba el deseo de pulsarlo una y otra vez.

La estimulación del cerebro induce la liberación de dopamina. Esta hormona afecta al cerebro humano y crea el deseo de pulsar repetidamente el botón como si esto les hiciera felices. Por eso a la dopamina se la conoce como la hormona de la felicidad.

¿Cómo se manifiesta la adicción al juego?

A los ludópatas les suele ocurrir de forma muy rápida y gradual. Al igual que los alcohólicos y los drogadictos, los jugadores problemáticos pueden confesar que son adictos al juego. Hasta hace poco, se suponía que su actitud hacia el juego no era un problema tan grave. Sin embargo, la dopamina, liberada después de ganar, provoca euforia y felicidad.

Este efecto disminuye, y entonces, cuando los jugadores llevan mucho tiempo sin jugar, empiezan a sentirse mal, y los recuerdos empiezan a atormentarles; el cerebro sintetiza activamente dopamina para recordarle lo feliz que era mientras jugaba y le promete de nuevo esta felicidad. La gente vuelve a apostar para conseguir otra dosis de felicidad y se convierte en esclava de los juegos de azar.

Una situación similar puede describirse para otras adicciones: el alcohol, las drogas y el tabaco. Todas ellas comparten la misma característica:

Los adictos creen que la siguiente dosis les hará felices.

Así, la dopamina juega con nosotros, haciéndonos dependientes de una u otra cosa.

Los síntomas de la ludopatía son similares a los de la drogadicción y el alcoholismo:

  1. El ludópata no trae el sueldo a casa.
  2. Entonces, el adicto empieza a vender cosas domésticas, a pedir dinero prestado a amigos o a pedir préstamos.
  3. Entonces, el ludópata se sorprende de tener muchas deudas y ve que sus familiares y amigos ya le han abandonado. El mundo se limita al juego.
  4. Las aficiones en la vida real desaparecen. Las combinaciones de apuestas y las estrategias ocupan la mente.
  5. El deseo de jugar nunca desaparece.

Cuando se desencadena la enfermedad, aparece un sentimiento de desesperanza y falta de sentido. Son frecuentes los casos de suicidio entre los ludópatas.

¿Por qué se produce la adicción al juego?

Nuestro cerebro siempre tiende a ahorrar energía. Se nota cuando necesita hacer algo que no tiene que hacer. El cerebro crea cientos de excusas para evitarlo y gastar energía en ello.

El juego suele traer más emociones que la vida real, y el cerebro empieza a percibir el juego como una forma de obtener estas emociones. Y si es más fácil obtener sentimientos del juego, no hay necesidad de intentar hacer algo en la vida real. Así pues, la lógica del cerebro es obvia: el mínimo esfuerzo produce el máximo resultado.

Los juegos de azar permiten obtener adrenalina y las emociones necesarias. Las emociones son la base de esta adicción. Sin embargo, su ausencia puede deberse a otros factores, como la falta de comunicación o de aventuras en la vida, la sensación de lucha y la falta de recreación e impresiones emocionales.

Por lo tanto, para eliminar la adicción, debes entender por qué disfrutas más del juego que de tu vida real.

¿Cómo convertir un enemigo en un amigo?

La dopamina puede ser nuestro enemigo o nuestro aliado. Esto depende de usted. Cuando decidí dejar de fumar, la imagen de mi vida ideal sin cigarrillos fue una gran motivación. Me refiero a la vida que me permite comunicarme con amigos, salir con una novia, hacer algo interesante y emocionante y realizar mi potencial. Y empecé a disfrutarla mientras tomaba medidas para dejar de fumar.

No te lo vas a creer, ¡pero el placer de las acciones útiles puede ser más intenso que el placer de las acciones perjudiciales!

Otro factor esencial que ayuda a los jugadores a superar la adicción es encontrar su misión en la vida.

  • ¿Por qué estás aquí?
  • ¿Qué has aportado a este planeta?
  • ¿Qué quedará después de ti?
  • ¿Qué se dirá de ti en tu funeral?

Piensa en esto, y cuando te des cuenta de tu posición, actúa. En este caso, tendrás algo más valioso que tu dependencia. Y esto le ayudará a ganarse la dopamina para su lado y a superar con éxito su adicción.

Cómo aumentar tu motivación

Lo mejor sería que te prepararas una recompensa. Debería motivarte y prevenirte de tus acciones anteriores. Por ejemplo, si lleva una semana sin jugar, vaya a un restaurante con su novia y celébrelo. Lo mejor sería hacer la tarea más complicada y la recompensa más valiosa cada vez. Pero hágalo gradualmente, paso a paso.

Así, fijará nuevas características necesarias. Puede que incluso consigas deshacerte de tu adicción al juego. La dopamina trabajará para usted. Imagine que su adicción es otra persona que le hace daño constantemente. Enfréntate a tu problema y di: "¡Ahora yo soy el amo aquí!"

Y empieza a librar una guerra por tu independencia. Desafíate a ti mismo y considera todas tus tentaciones como una lucha con tu oponente. ¡Ten en cuenta que puedes ganar cualquier combate!

Cómo deshacerse de la ludomanía

Una vez determinada la raíz del problema y confesado que eres adicto, puedes entender cómo es posible superar tu adicción. El siguiente paso es proporcionarte lo que te falta en la vida real.

Lo mejor sería disfrutar de ello más en la vida real que mientras juegas. Esto cambiará la dirección del proceso patológico. La gama de emociones obtenidas en la vida real es significativamente más amplia. Sin embargo, esto requiere cierto esfuerzo. Después de hacer un esfuerzo, conseguir lo que se desea en la vida real produce mucho más placer.

Nuestro cerebro es indiferente a la forma en que obtenemos placer. Tiene una función importante. Garantiza la supervivencia aquí y ahora. El cerebro no sabe predecir el futuro. Sus decisiones no se basan en objetivos a largo plazo que te hagan más feliz. Esto debe hacerse con la ayuda de tu esfuerzo, fuerza de voluntad y disciplina.

Una vez abandonado el juego, llene su vida con lo que ha echado de menos. Las dificultades que le esperan deben ser pensadas de antemano, y debe estar preparado para ellas.

En primer lugar, debe elaborar una motivación sólida. Para ello, es necesario visualizar tu "Ego" ideal y disfrutarlo diariamente. Durante la visualización, debes sentir plenamente las emociones que has echado de menos. Al principio, no será fácil, pero la práctica te ayudará. Esto te ayudará a desarrollar una buena motivación y a tomar las decisiones necesarias para cambiar tu vida. Necesitas autodisciplina para no abandonar a mitad de camino, así que ponla en práctica.

La adicción al juego es un hábito perjudicial. Por desgracia, es difícil deshacerse de él cuando ya se ha desarrollado. Es mucho más fácil sustituirlo por otros hábitos positivos. Sustitúyalo por dedicar tiempo a un pasatiempo apasionante que, con el tiempo, puede convertirse en su negocio favorito y le ayudará a ganarse la vida y a ser feliz.

Cuando luches contra la adicción, organiza tu tiempo para evitar la aparición de lagunas entre las distintas actividades. El aburrimiento y la ociosidad son tus mayores enemigos. Debes estar constantemente ocupado. Esto no significa que no deba relajarse. Sin embargo, tu tiempo libre debe estar lleno de acontecimientos, ser informativo y no aburrido, ya que el aburrimiento es lo primero que te hace volver a los viejos hábitos.

Conclusión

Para terminar, quiero contar una interesante leyenda de los indios americanos. Érase una vez, un viejo indio americano estaba enseñando a su nieto sobre la vida:

- Tenemos dos lobos dentro de nosotros. El blanco simboliza la sabiduría, el coraje, el valor, la disciplina, la fuerza y otras características positivas, y el lobo negro está lleno de pereza, celos, avaricia, ira y otras características negativas. Estos lobos luchan constantemente por poseerte.
- ¿Y qué lobo gana? - preguntó el joven.
- El que tú alimentes...

Así pues, alimenta a tu lobo blanco. Aliméntalo con autodisciplina, resistencia, fuerza, buenas acciones, oraciones, consecución de tus objetivos y éxito. ¡Y nada te será imposible!

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